Los microplásticos hasta en el agua y en el aire que respiramos; por eso los plásticos se codean ya con el cambio climático como uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la naturaleza.
|Considera que el petróleo con sus derivados son los que constituyen los plásticos|
Sus micropartículas han formado islas flotantes en los océanos y se calcula que el 90% de la fauna marina tiene fragmentos de plástico en el estómago.
Partículas que están pasando a los humanos, según indica un estudio piloto que ha comprobado que las heces de humanos en varios países (Reino Unido, Italia, Rusia o Japón) contenían partículas de una decena de plásticos.
|Y eso que La revista Science eleva hasta los 11 millones de toneladas métricas de plásticos que acabaron en los océanos en 2019 y advierte que se triplicará su presencia en los próximos 20 años.| El año pasado fueron 335 millones de toneladas de plásticos.
|Eso significa que el ciclo natural de los residuos de los microplásticos y derivados del petróleo, va a los océanos, al oxígeno que respiramos, pasa al agua que consumimos, a la tierra, por ende a los alimentos de tu menú.|
Este es el colapso del planeta azul.
Por eso, el problema de los plásticos no es el volumen que producimos en sí, sino sus consecuencias que no solo pesan en el ecosistema marino: las personas estamos comiendo plástico sin saberlo.
Según indica el informe “Contaminación por plásticos. Uno de los mayores desafíos ambientales del siglo XXI” del Observatorio de Salud y Medioambiente de DKV y Ecodes.
Ingerimos el equivalente a una tarjeta de crédito por semana en plásticos. Esto es igual a 21 gramos por mes.
Ante lo inverosímil, la ciencia explica: “Lo consumimos en forma de microplásticos, que son piezas diminutas de este material, de un diámetro inferior a 5 milímetros (entre el tamaño de una hormiga y el de un virus)” lo que afecta a nuestro organismo en corto a largo plazo.
¿Cómo llegan a nuestro cuerpo?
Pues como todas las partículas: las respiramos, bebemos, ingerimos, aunque no sean visibles.
Según el investigador, estos microplásticos pueden originarse de dos maneras:
Algunos se producen a propósito en este tamaño, como: las microesferas presentes en muchas pastas de dientes, exfoliantes o detergentes y multitud de otros productos de uso industrial y agrícola, que llegan directamente a ríos, embalses y mares a través del aire, del desagüe o por arrastre con la lluvia.
Otros, son los microplásticos que derivan de productos de mayor tamaño que se han degradado por su exposición a la luz ultravioleta, el viento, el agua o microorganismos.
Por eso, tal como se explica en el estudio “Naturaleza sin plástico: evaluación de la ingestión humana de plásticos presentes en la naturaleza”, elaborado por Dalberg Advisors para la World Wildlife Fund (WWF), la mayor parte de ingestión por plásticos es por el agua potable (subterránea, superficial, del grifo con variaciones regionales y embotellada de plástico PET) .
Otra fuente de microplásticos son los crustáceos que, si son consumidos diariamente, aportarían 0,5 gramos.
Las consecuencias para la salud son muchas: “Producen efectos como infertilidad en los hombres, problemas de fecundidad en las mujeres, problemas cardiovasculares, en el sistema nervioso… Son potenciales carcinogénicos. Liberan disruptores endocrinos que afectan a la tiroides, los testículos, las glándulas mamarias”
Los disruptores endocrinos están presentes en los envases alimentarios de plástico, generalmente botellas y en los productos cosméticos y de higiene (no solo en los envases, también están en los ingredientes).
Además, son sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal lo que puede desencadenar “disminución del número de espermatozoides, pubertad precoz en niñas, diabetes tipo 2, obesidad, daños en el desarrollo cerebral infantil o cáncer de mama y próstata”.
Cómo los microplásticos están en el aire
El pasado mes de abril la revista especializada Nature Geoscience. Informaba de cómo los microplásticos pueden viajar a través de la atmósfera y terminar en regiones muy alejadas de su fuente de emisión original.
Los científicos franceses, en la zona de los pirineos, han calculado la tasa de deposición diaria de microplásticos que sitúan unas 365 partículas por metro cuadrado y a distancias de 100 km.
Es indicio necesario para sospechar que además del plástico que acaba en nuestro organismo, a través de su acumulación en las cadenas tróficas, podríamos estar respirando considerables cantidades de plástico.
Los microplásticos pueden viajar a través de la atmósfera distancias de al menos 100 kilómetros.
¿De dónde provienen los microplásticos?
El 35 % proviene del lavado de ropa sintética.
El 28 % tiene su origen en la abrasión de los neumáticos en la conducción.
El 2 % son microplásticos agregados intencionalmente en productos de cuidado personal y limpieza.
También se originan a partir de la degradación de grandes objetos de plástico, como bolsas de plásticos, botellas o redes de pesca.
Un tercio de estos microplásticos terminan en suelos o masas de agua dulce.
Los microplásticos entran en los seres vivos a través del aire que respiramos y por los alimentos y las bebidas que tomamos.
Más plástico, también menos oxígeno
Es la conclusión del estudio del equipo de la doctora Sasha Tetu, de la Universidad Macquarie, el cual a mediados del mes de mayo daba a conocer en la revista Communications Biology.
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AYDO REDUCE PLÁSTICO, ELIMINA LOS DERIVADOS DEL PETRÓLEO Y MICROPLÁSTICOS
Por nuestra parte, mira la fórmula con el agua súper ionizada en contacto con los derivados del petróleo, donde rompe la cadena de los Hidrocarburos, los desintegra y los convierte en proteínas de manera ecológica.
En este vídeo ves este momento de entrelazado y fragmentación que está gravado con un microscopio electrónico.
SALVAR LOS MARES
La cuestión es: la unión como catalizador de protones, electrones, en estructuras básicas y ácidas. AyDo™ penetra en las moléculas de aceite (de normal moléculas de agua no pueden entrar). Además, rompe la cadena de los bloques y separa los carbonos huecos de los hidrocarburos.
Una vez que se separan estas cadenas de hidrocarburos, es posible eliminar el hidrógeno y el oxígeno.
Luego, el petróleo se transforma en el fósil original en el momento en que emergió el océano. Es decir; al no ser detergente y ser ecológico como biológico, proporciona una limpieza real al eliminar todos los residuos tóxicos.
| AyDo™ no daña el medioambiente ni a ningún ser vivo en el proceso de convertir los hidrocarburos en sustancias útiles. Se crea un recurso importante para la continuación de la vida en el lugar de la limpieza.
Cómo contribuir a la limpieza de los océanos desde uno de los países más contaminantes del planeta
Japón se pone las pilas desde 2019 con la estructura de Cloma (que nació por la iniciativa empresarial e intereses de la bolsa), con una asociación de 361 firmas con el propósito de reciclar los residuos de plásticos (material de origen fósil) en 2050.
En sí, prometen asumir el compromiso de orden corporativo enfocado a la preservación medioambiental.
La apuesta de las carteras de inversión hacia empresas con proyectos de responsabilidad social y de buen gobierno corporativo.
Es decir que las exigencias de los inversores de valores y gestoras de fondos demandan a las multinacionales que no responden al compromiso medioambiental y de responsabilidad social corporativa.
Desde una perspectiva colaboracionista, como por ejemplo las pajitas de refrescos, platos, jabones, detergentes; en sí productos biodegradables, junto a sus envases.
La máxima es que; los residuos en el agua de consumo se conviertan en básico alimento, que son bionutrientes (proteínas) apto como alimento de fácil digestión por el humano o cualquier animal acuático como peces o para la tierra como fertilizante.
Esta conversión molecular específica que solo hace AyDo™ se transporta al aire que respiramos.
|Pasa de biodegradable hacia alimento| Con tu apoyo, podemos llegar mucho más lejos.
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Creciente reivindicación social por la ecología
Los productos que dañan el medioambiente son cada vez más repudiados entre la opinión pública.
En especial, entre el estrato más joven de la sociedad, que se decantan en mayoría por cajas y contenedores reciclables.
Es paradójico, que por el parón productivo global, se ha incrementado aún más durante la epidemia del coronavirus. Mascarillas, viseras faciales y protectores oculares se han sumado a la basura de bolsas y otros residuos plásticos por la alta demanda de estos productos durante la crisis sanitaria global que estamos sufriendo.
El Día Mundial de los Océanos, que se celebra el 8 de junio, el biólogo marino John Hocevar, recuerda que “la producción masiva de plástico emergió en la década de los cincuenta y su expansión desmesurada ha colapsado los ecosistemas”.
“Nunca se desintegran completamente, porque se convierten en microplásticos, partículas de menos de 5 milímetros de diámetro que se prodigan por todo el planeta«.
Con la friolera de que hay más de 8.300 millones de toneladas métricas de plástico. Fruto de su proliferación en los últimos 70 años.
“El microplástico está en el agua que consumimos, la comida con la que nos nutrimos y en el aire que respiramos”
World Population Review constata que: España se sitúa en decimotercer lugar, con 4,7 millones de toneladas.
Alemania (14,4). China, con 59 millones de toneladas es el país que más residuos plásticos genera, seguida de EEUU, con 37,8 millones.
Brasil (11,8) y Japón con 7,99 millones.
|Ya es imposible esconder la basura bajo la alfombra|
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Edith Almeyda F.
Abrazos.
Un comentario en “Microplásticos hasta en el agua y aire que respiras”
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